Elysia marginata es una babosa marina un tanto extraña. Vive en el suelo marino y se alimenta de algas, como tantas otras babosas o animales del mar. Su peculiaridad radica en la forma que tiene de regenerarse. Para ello se corta a sí misma la cabeza con tal de deshacerse del cuerpo enfermo. Luego regenera un cuerpo nuevo como si nada hubiera pasado.
Un nuevo estudio de Japón revela cómo ciertas babosas marinas pueden extirparse intencionalmente todo su cuerpo excepto la cabeza para hacer crecer uno nuevo. El descubrimiento fue posible de casualidad, cuando una investigadora descubrió que la babosa marina vivía en el laboratorio sin cuerpo alguno y sólo moviendo la cabeza para comer algas de a su alrededor.
En investigaciones posteriores realizadas se observó como múltiples babosas se decapitaban a sí mismas durante su vida. No todas las babosas marinas se desprenden de su cuerpo ni todas sobreviven tras hacerlo. Sin embargo, es un proceso que al parecer se da cuando el cuerpo es infectado. Los investigadores descubrieron que las babosas que adquirían un parásito marino propio de los crustáceos, se deshacían del cuerpo para deshacerse del parásito.
Alrededor del 30% de las babosas de mar consiguieron regenerar un cuerpo nuevo tras haberse deshecho del viejo. Si hay tan pocas posibilidades de supervivencia, ¿por qué cortarse el cuerpo? Porque las posibilidades de sobrevivir con el parásito son aun menores, por lo tanto deciden tomar el riesgo. Las babosas mas jóvenes al parecer tenían más opciones de regenerar un cuerpo con éxito.
El proceso mediante la babosa se decapita a sí misma es de lo más curioso. No requiere de cortes ni procesos bruscos. En su lugar la babosa autodestruye parte de los tejidos del cuello para que se pueda desprender después la cabeza del cuerpo. Es decir, deja de alimentar células del cuello para que mueran y el cuerpo acabe separándose.