Estados Unidos de América ha invertido 750,000 dólares en un proyecto militar muy singular: modificar saltamontes para que sean capaces de detectar bombas y otros explosivos de forma remota. La Universidad de Washington en St. Louis, Missouri será la encargada de llevar a cabo este proyecto a lo largo de tres años.
Las langostas tienen un sentido de detección de componentes químicos muy desarrollado, y eso podría hacer que estos insectos avisaran a los cuerpos de seguridad por ejemplo de la presencia de minas antipersona. Aunque los perros han sido tradicionalmente el objetivo de este tipo de proyectos, las langostas tienen la ventaja de que su sistema neurológico es mucho más sencillo: controlarlas y modificarlas de forma precisa es factible. Los responsables de la investigación aseguran que la cirugía necesaria para modificar langostas y ofrecer un sistema de transmisión es relativamente simple, y la recuperación es muy rápida.
Estas langostas podrían por ejemplo volar a localizaciones de difícil acceso, detectar explosivos mediante su sentido del olfato, que básicamente es la capacidad de discernir componentes químicos en el aire, y alertar al personal militar. La idea es "tatuar" las alas de las langostas para luego dirigir su vuelo. Un electrodo implantado en el cerebro de la langosta permitiría transmitir la información y avisar por ejemplo mediante sencillas señales de distintos colores que indicarían la detección de explosivos.